Posibilidades del uso de
plataformas virtuales para la educación a distancia en sus diferentes
acepciones
1 ¿Por qué los profesores y los
alumnos consideran poco "amigables",la mayoría de las plataformas
virtuales
2 Algunos conceptos
2.1 Entorno de Aprendizaje
Virtual / Virtual learning environment (VLE) Sistema de Gestión de Aprendizajes
/ Learning Management System (LMS) Sistema de Gestión de Cursos / Course
Management System (CMS) Entorno de Gestión de Aprendizajes / Managed Learning
Environment(MLE) Sistema Integrado de Aprendizajes / Integrated learning system
(ILS) Plataforma de Aprendizajes / Learning Plataform (LP) Campus Virtual Aula
Virtual
3 ¿Cómo elegir una plataforma
virtual?
3.1 Interacción (procesos de
comunicación síncronos y asíncronos).
3.2 Instrospección.Se asocia a
la posibilidad de que estas herramientas posibiliten el desarrollo del
pensamiento crítico y reflexivo.
3.3 Innovación.Alumnos y
profesores pueden generar actividades donde "exploten" sus estilos de
aprendizaje
3.4 Integración.Generación de
conocimientos de forma colaborativa
3.5 Información.Estudiantes y
profesores tienen a su disposición gran cantidad de bases de datos,libros
digitales,etc
4 Factores a tener en cuenta
para el uso de plataformas virtuales
4.1 Conectividad.Infraestructura
adecuada.Fácil conexión
4.2 Capacidad.Sólo tendrá
resultados en países con sistemas educativos sólidos.Tasa de alfabetismo
alta.Darle importancia a la educación
4.3 Contenido.La piedra angular
está en la calidad de la información.Contenidos en inglés y en idiomas nativos.
4.4 Cultura.Promover y valorar
el aprendizaje virtual
5 Algunas plataformas
5.1 No gratuitas
5.1.1 BLACKBOARD
5.1.2 SESWEB
5.1.3 WebCT
5.1.5 Saeti2
5.1.7 edumating
5.1.8 Angel Learning
5.1.9 Dokeos
5.2 Libres/Gratuitas
5.2.1 Moodle
5.2.2 Edu2.0
5.2.3 Docebo
5.2.5 Nicenet
6 CONSIDERACIONES PARA DEBATE
See document:
Libro
2007 Castells.doc
Los mitos de internet*
Autor: Manuel Castells
La Vanguardia,
30/6/2007
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Datos a partir del 03.03.2004. Artículo en el OCS desde el 20/07/2007
En estos últimos días los medios de comunicación se han hecho amplio
eco de los resultados de la investigación que hemos terminado en la Universitat Oberta de Catalunya después de
seis años de trabajo.
Deseo afirmar que se
trata de uno de los estudios más exhaustivos que se hayan hecho, tanto en
ámbito catalán como en el panorama internacional, sobre los usos de internet
en la sociedad, las empresas y las instituciones. Y, a través de este
hilo conductor, sobre la emergencia de una nueva sociedad, la sociedad red,
con características propias en Catalunya pero siguiendo en líneas generales el
patrón de transformación detectado por la investigación académica en el
conjunto del mundo.
Ahora bien, lo que me
parece más significativo al respecto no es tanto la investigación en sí,
que podrá consultarse en la web de la
UOC y en siete libros que se hallan en vías de publicación, como la sorpresa que ha causado
en la sociedad, reflejada en los titulares mediáticos, un resultado
banal: esto es, que internet no aísla ni aliena, sino que
incrementa la sociabilidad y la actividad de las personas en todas las
dimensiones de la vida.
Y digo banal porque es una conclusión a la que ha llegado sistemáticamente la
inmensa mayoría de las investigaciones científicas y encuestas rigurosas
realizadas sobre los usos de internet en el mundo. Entre otros, el World Internet Survey que
realiza periódicamente Jeff Cole desde la University of Southern California (antes lo hacía
desde la UCLA)
por medios de encuestas a muestras representativas de 22 países, incluida
España. Asimismo, en mi libro La
galaxia Internet publicado en el año 2001 (y traducido al
castellano y al catalán) sinteticé los datos existentes sobre el tema hasta
entonces y que iban en el mismo sentido.
Podría aburrirles en este artículo con decenas de referencias científicas que
convergen hacia el mismo resultado. Internet es un espacio de relación social y
comunicación directamente vinculado a lo que hacemos en nuestra vida. Es, de
forma creciente, un medio fundamental de nuestra vida social, de nuestro
trabajo, de nuestras empresas, de nuestro sistema educativo, de nuestras
instituciones, exceptuando los grupos de edad más avanzada a los que hay que
dejar tranquilos si no quieren alterar sus hábitos de vida para adaptarse a un
mundo que fundamentalmente no es el suyo (otra cosa es que tengan el derecho y
la oportunidad de digitalizarse si así lo quieren).
De
modo que los usuarios más activos y frecuentes de internet, cuando se comparan
con los no usuarios, son personas más sociables, tienen más amigos, más
intensidad de relaciones familiares, más iniciativa profesional, menos
tendencia a la depresión y al aislamiento, más autonomía personal, más riqueza
comunicativa y más participación ciudadana y sociopolítica. Así es en Catalunya
y en todo el mundo. Estamos muy lejos de la imagen generalizada en la
percepción de la sociedad, y por tanto de los medios de comunicación, del
internauta activo como un ser cortado de la realidad, aislado en el mundo
virtual, incapaz de vivir una vida normal de relación y, en definitiva, medio
chiflado y potencialmente peligroso.
Sensación de peligro que
se extiende a internet como universo poblado de virus, pederastas, spam, porno, falsedades, hackers,crackers y otras gentes de
mal vivir. Que todavía esté difundida esta imagen deformada y errónea, a
pesar de toda la evidencia contraria, en un mundo en el que hay más de 1.000 millones de
usuarios de internet, y en un país, Catalunya en el que hay un 54% de la
población que son usuarios (un 42% usuarios activos), proporción que sube al
88% entre los menores de 25 años y que se sitúa en un 60% en los de menos de 40
años y en un 41% en los de menos de 55 años, implica un grave desfase entre la
realidad de la sociedad red en que vivimos y la percepción con que la vivimos.
¿De dónde entonces
proviene esta disonancia cognitiva? En parte, hay un sesgo de los medios hacia la publicación de
informaciones alarmantes por aquello de que sólo es noticia lo que son
malas noticias; por ejemplo,
que nuestro equilibrio mental y el de nuestros hijos están gravemente
amenazados por las tecnologías. Pero no hay que echar la culpa a los
periodistas que simplemente reflejan el sentimiento de la sociedad y también
las rotundas afirmaciones de una serie de pseudoexpertos desconocedores del
nuevo entorno y que lo denuncian sin datos rigurosos aprovechando un contexto
en el que las tertulias sientan cátedra en mucha mayor medida que la academia.
En realidad, estamos ante
algo más profundo: el rechazo de las personas mayores, de las elites de poder y
de las instituciones y organizaciones de la vieja sociedad a las tecnologías,
culturas y modos de relación de la sociedad que nace y que ya vive plenamente
en los jóvenes. Y es que internet es, ante todo, instrumento de libertad
y espacio de comunicación autónoma, tal como demuestra la investigación. Y como
el poder, desde siempre, se ha fundado en el control de la comunicación y la
información, la idea de perder ese control es simplemente insoportable. Tanto en
la política como en los medios de la comunicación de masas (la televisión
tradicional sobre todo) o en la industria cultural basada en el monopolio de
los productos culturales con fines de ganancia (los clientes de la SGAE).
Pero como a decir verdad no se
puede prescindir de internet, se intenta acotarlo en sus usos y deslegitimarlo
en su desarrollo en las nuevas formas, aun más potentes, del Web 2.0, como
YouTube o Second Life, además de buscar, con escasa eficacia, formas de
censurar y reprimir.
Y como la gente mayor se siente insegura en un mundo en el que la comunicación
y la información dependen de tecnologías que les son ajenas y que en cambio son
el entorno natural de sus nietos, existe una masa susceptible de ser
influenciada por las historias de horror sobre internet.
De hecho, nuestra encuesta
muestra que el miedo a internet existe, sobre todo, entre quienes nunca lo han
utilizado. Es ese miedo a lo desconocido sustentado en los intereses
comerciales y políticos que internet pone en cuestión con su dinámica de
autonomía y libertad, factor que alimenta el temor a la virtualización de
nuestras vidas y convierte en titular el resultado más banal de nuestra
investigación: que nuestra existencia es a la vez virtual y presencial, que las
dos dimensiones se entreveran en todas nuestras prácticas y que la ampliación
de nuestras posibilidades de expresión extiende y enriquece nuestro ser social.
Bienvenidos al mundo que ya es el nuestro, bienvenidos a la cultura de la
virtualidad real.
La Vanguardia,
30-VI-07.
Los artículos publicados en la sección Divulgación OCS son una
contribución colaborativa voluntaria al Observatorio para la CiberSociedad. La
responsabilidad de las afirmaciones, opiniones y contenidos expuestos en esta
sección, así como todo su mérito, recae, en este caso, en Manuel Castells. El Observatorio para la CiberSociedad
permite la reproducción de estos contenidos siempre y cuando se cite
correctamente la fuente de procedencia y el autor/-a haya sido informado de
ello y lo haya aceptado previamente y de modo expreso.
(c) Manuel Castells, 20/07/2007
CONCLUSIONES A DEBATE
·
Las
plataformas virtuales tendrán éxito en tanto se consideren los aspectos
formativos relacionados con profesores y alumnos y el trabajo PEDAGÓGICO que
implica.
·
Aprender
de manera virtual,conlleva el cumplimiento de las leyes de la educación
formal.Ciertamente tiene más posibilidades.
·
Sigue
existiendo un tutor,asesor,mediador o como le denominemos al profesor en dichos
entornos.
·
Para
incluir herramientas tecnológicas para el aprendizaje,debe formar parte del
equipo de trabajo un pedagogo o experto en temas educativos y /o didácticos.
·
Las
plataformas deben conformarse con todos los elementos interactivos posibles,sin
saturación;pero "amigables".
·
Los
profesores deben ser convencidos,apasionados y conocedores del entorno de
aprendizaje virtual.